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📜 Textos

🎭 1 de octubre de 2025

Sublime ilusión

Sublime ilusión

Germán Sarasty Moncada*

Al iniciar la obra “Pareidolia”, de la compañía La llave maestra, un velo de celofán emerge desde el escenario hasta el patio de butacas y envuelva a gran parte del auditorio simbolizando que se va a entrar en un sueño; esa neblina bloquea lo cotidiano, lo real y prepara los sentidos para adormecer el adulto y sacar de él aquel niño que llevamos escondido y nos cuesta dejarlo surgir y participar.

Si nos desconectamos y nos dejamos llevar por lo sensorial, lograremos adentrarnos en ese sueño de fantasía que se nos ofrece y de esa manera podremos disfrutar al máximo, dejando a nuestra imaginación jugar con esas formas, figuras, objetos, luces, sombras, colores, sonidos y un sinnúmero de posibilidades que por asociación dejamos que la mente construya con lo que se tiene al frente.

Según wikipedia, la pareidolia (del griego eidolon (εἴδωλον): ‘figura’ o ‘imagen’, y el prefijo para (παρά): ‘junto a’ o ‘semejante a’) ​ es un fenómeno psicológico en el que un estímulo vago y aleatorio (habitualmente una imagen) se percibe como una forma reconocible, debido a un sesgo perceptivo.

Es un fenómeno psicológico en el que el cerebro humano percibe patrones significativos, como rostros, o cuerpos, en estímulos sensoriales ambiguos y aleatorios, como sombras, paisajes o música. Este fenómeno se basa en la tendencia natural del cerebro a buscar y reconocer caras, siendo un mecanismo de supervivencia evolutiva que ayuda a interpretar el mundo, aunque pueda llevar a ver formas donde realmente, no las hay.

De esta manera nuestro cerebro comienza a crear imágenes concretas de las formas abstractas que percibimos sensorialmente, es muy común así encontrar analogías o similitudes de las formas y desplazamientos de las nubes con imágenes que anhelamos, por eso decimos imágenes, pues es la imaginación la que nos ayuda en esas realizaciones.

Con un juego de luces espectacular, con unos objetos sutiles, con unos acompasados desplazamientos y con una plasticidad increíble acompañada por una música cautivadora, asistimos a un hermoso espectáculo con el cual nos sentimos como en el más dulce de los sueños, una paz, una tranquilidad de espíritu, un anhelo de continuidad, todo eso incomparable e inédito para nosotros.

Los actores utilizan sus abrigos de diferentes maneras y ayudados con adminículos como ojos grandes, logran que creamos ver un animal regodeándose, o haciendo mímica para entretenernos. Luego veremos otro abrigo con ojos y una gran nariz que tiene forma de un animal al que de la nariz le sale una secreción que logra retraerla, pero luego pasa lo mismo en la otra fosa.

En otra escena un personaje encuentra tirado en el suelo un abrigo, se lo mide y le queda perfecto; luego se lo quita y este comienza a tener múltiples usos, múltiples formas, hasta que cobra vida y termina por enredar al personaje.

En una de las escenas hilarantes del espectáculo, un enamorado se dispone a dar un regalo a su amada; dispuestos en frente uno de otro y separados por tres metros, la dama arremete contra el hombre con un lenguaje inentendible, onomatopéyico, y con una vehemencia que va de menos a más. Las palabras se ven, gráficamente, a través de un par de cuerdas que salen de la boca de la mujer y expresan el aparente regaño o reclamo con tal densidad que estas comienzan a envolver al pobre hombre.

Mención especial merece la reinterpretación deEl lago de los cisnes, en donde aparecen unos avestruces en una coreografía increíble y espectacular. Se trata de bailarinas en tutú con un plumaje blanco: son las piernas del animal y el cuello y la cabeza son un brazo y la mano cerrada de la intérprete. Magnifico. Son tantas las propuestas que uno quisiera permanecer en ese Nirvana para poder disfrutar tanta belleza y tanto derroche de imaginación y ejecución.

Las imágenes y sus elementos asociados, así como aparecen van desapareciendo a través de un tragaluz que simboliza lo efímero de la existencia tanto la de esas imágenes, como posiblemente la nuestra, así que hay que disfrutarlas como la vida, mientras se tienen.

Desde su estreno en agosto del 2018, Pareidolia ha recorrido el mundo con giras por Venezuela, Colombia, Argentina, Panamá, España, Brasil, Bolivia, Estados Unidos, Países Bajos y Bélgica. Fue en este último país donde la compañía alcanzó la centésima función del montaje.

Esta creatividad hace partícipe al espectador, invitándolo a imaginar y soltar las amarras del pensamiento lógico para entrar directo a la experiencia viva de los sentidos y lo onírico. "La obra sin duda los cautivará e invitará a dejarse llevar hacia universos sorprendentes, cómicos, absurdos, improbables y fantásticos llenos de poesía visual", aseguran sus codirectores Álvaro Morales Lifschitz y Edurne Rankin García.

Agregan: "Creemos que en estos tiempos de hiperdigitalidad, volver a crear desde la base, del juego que transforma nuestra realidad, a través de medios artesanales y simples, donde se pone en primer plano la creatividad, el ingenio y la capacidad de asociaciones y analogías poéticas; es un acto revolucionario que nos invita a volver a conectarnos con el espíritu lúdico de nuestra infancia, dónde todo era posible y dónde todo tenía un alma".

*Profesional en Filosofía y Letras. Universidad de Caldas.