🎭 26 de septiembre de 2025
Shakesperare, El irresitible Sueño de la compañía Criolla

Wilson Escobar Ramírez
Probablemente las obras de Shakespeare no se lean tanto como se las ve en el teatro. En ello, parecieran llevar el mismo destino que El Quijote, de la que se dice se lee poco pero está en boca de todos; por cultura general, se admite.
En la pasada edición del FIT Manizales, la compañía Criolla de Argentina sorprendió con una reescritura muy singular de Romeo y Julieta, puesta a modo de una clase de escuela donde los estudiantes suponen ser el propio público del espectáculo.
Semejante irreverencia y desparpajo solo puede proceder de una mente fresca e insaciable como la de Emiliano Dionisi, quien a los 13 años se volcó de lleno al arte y desde entonces ha transitado por el teatro, el cine, la televisión, el doblaje; ha sido y a sus escasos 39 años es actor, director, dramaturgo, gestor y docente.
Aclamado por el público en aquellas funciones ofrecidas en el auditorio de la Universidad Nacional, donde también subió a escena El Brote, un portento de escritura y actuación, Dionisi regresa este año con Sueño, una nueva visita a Shakespeare, esta vez a la comedia Sueño de una noche de verano. Hablamos con el joven teatrista en la antesala de sus únicas funciones en el día de inauguración del festival.
El año pasado tuvimos el privilegio de ver dos de sus creaciones en el festival. De El Brote a Romeo y Julieta se puede ver un amplio abanico de sus preocupaciones y búsquedas que pasan por la experimentación en el lenguaje, la visita a los clásicos para desadaptarlos quizás, el teatro dentro del teatro, el humor popular criollo, tan argentino. ¿Podría hablarnos de ese universo poético que ha venido construyendo?
El universo poético que hemos venido construyendo a lo largo de estos 15 años de la compañía Criolla están muy vinculados con las metas de cada momento. Son metas que van cambiando, pero siempre con las contantes de acercanos al público a través de los clásicos, revisitarlos y hacerlos vivir en el presente. En ese sentido, la propuesta que traemos es un juego absoluto del teatro, es una puerta de entrada impecable para que la gente pueda acercarse a esos materiales que han trascendido los siglos, que puedan emocionarse, e incluso verse reflejados en ellos.
Ha dicho en otro espacio que desde su juventud se siente muy cómodo leyendo a los clásicos, y reescribiéndolos para la escena. Shakespeare ha sido su compañero en ese camino de búsquedas. ¿Qué es esa vena tan especial que encuentra en la obra de El Bardo Inglés?
Me parece que es la vena que encuentra la mitad de la humanidad con un tipo que escribe un texto que 500 años después sigue teniendo relevancia. La relevancia es lo que contamos, más la posibilidad de juego que brindan sus obras; son textos que permiten relecturas, permiten juegos y distintas formas de encarlos, de montarlos. Asi, la vena que sigo en los textos de Shakespeare es la del disfrute, la de poder meterse en ellos, para jugar dentro, porque son tan vitales, tan frescos y tan universales, que los convierten en un campo medio falible.
Romeo y Julieta sorprende por esa capacidad de construir un universo cómico en la base de la tragedia. Ahora, en Sueño el material procede de un texto con base cómica. ¿Cuá fue el principal reto en esta puesta?.
El gran reto era la complejidad de la obra. Sueño de una noche de verano es muy compleja, con muchísimos personajes y universos que conviven en un montón de situaciones que se dan en paralelo. Entonces, la idea de hacerlo con un grupo muy reducido de personas también nos parecía un desafío y una entrada al humor. Y también lo hacemos desde nosotros mismos como actores; los protagonistas de la obra son los actores y actrices de la compañía Criolla. Luego entonces se trata de hacer un juego de metateatro, donde la compañía de actores de la ficción que recreamos es la nuestra y de allí se desprende el resto de los personajes y de los universos, el de los enamorados, el de los mágicos. Creo que ahí estuvo el eje para que la versión tenga humor y sea tan irrestibible.