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📜 Textos

🎭 26 de septiembre de 2025

Dubatti, un pensador desde la butaca

Dubatti, un pensador desde la butaca

Carlos Arturo Gallego Marín*

Comenzamos una nueva edición (todas son nuevas en algún sentido) del 57º Festival Internacional de Teatro de Manizales con este 7mo Congreso Iberoamericano de Teatro, que reúne invitados del teatro Iberoamericano y europeo, bajo una pregunta frecuente y suceso de todos los tiempos: la Política y lo Político.

Hannah Arendt y Chantal Mouffe son dos filósofas –entre otros-, Foucault- que se han ocupado del tema. Para Arendt, la política se entiende como la esfera de la acción y de la palabra en común, donde los individuos se revelan mutuamente a través de la interacción pública. El énfasis está en la pluralidad humana como condición fundamental: “la política trata de la convivencia entre diferentes”, insiste Arendt. En este sentido, lo político no se reduce a instituciones o procedimientos, sino que se manifiesta en el acto de aparecer y deliberar en público, en la construcción de un mundo común. El poder surge de la acción concertada y no de la dominación. Por ello, Arendt desconfía de los modelos que conciben lo político desde la violencia o el antagonismo, pues para ella la política es una esfera autónoma que debe mantenerse separada de la guerra, la economía y la administración.

Mouffe, inspirada en Carl Schmitt y la teoría posmarxista, plantea que lo político designa la dimensión constitutiva del antagonismo inherente a toda sociedad humana. Mientras que la política hace referencia a las prácticas, instituciones y arreglos concretos que organizan la convivencia, lo político remite al carácter inevitable del conflicto derivado de la pluralidad de valores e intereses. Desde esta perspectiva, la política no puede ser pensada como eliminación del conflicto, sino como su organización en formas productivas.

Nuestro teatro en Iberoamérica nunca estuvo lejos de tales reflexiones porque desde siempre ha estado ligado a tensiones políticas: dictaduras, democracias de papel y de otros materiales difusos, capitalismos piadosos inspirados en aperturas económicas, luchas sociales, antagonismos, simulaciones armadas en defensa de la democracia y la libertad, desigualdades, identidades postcoloniales, globalizaciones, fake news, etc. Desde estos mundos contextuales emergen teóricos iberoamericanos, poblando el terreno con reflexiones incisivas sobre la relación entre lo teatral, lo político y la política.

Uno de los pensadores más influyentes en estas últimas décadas, es el argentino Jorge Dubatti. Su obra se articula entre teoría teatral, filosofía del teatro, teoría del espectador y política cultural, proponiendo enfoques para pensar al teatro no sólo como arte sino como acontecimiento político, ciudadano, de relaciones sociales. Para entender su influencia, conviene revisar quién es Dubatti y qué espacios de producción teórica e institucional ha creado. Jorge Adrián Dubatti (Buenos Aires, 1963) es doctor en Historia y Teoría de las Artes por la Universidad de Buenos Aires; Catedrático Titular Regular de Historia del Teatro Universal en la UBA; dirige el Instituto de Artes del Espectáculo “Dr. Raúl H. Castagnino”.

Entre su producción intelectual variada, aparecen libros de filosofía del teatro (la trilogía Filosofía del Teatro I, II, III), coordinación de volúmenes como Micropoéticas III (Teatro y producción de sentido político en la postdictadura), artículos sobre reescrituras teatrales, políticas de la diferencia, territorialidad, etc. Estos espacios institucionales y teóricos le permiten a Dubatti ser no solo un analista, sino un actor en la configuración del teatro contemporáneo iberoamericano.

En el teatro iberoamericano, la influencia de Jorge Dubatti respecto de la política y lo político es monumental, amplia y multifacética. No se limita a concebir al teatro como instrumento de protesta, denuncia o compromiso explícito, sino como espacio de producción de sentido, de construcción ciudadana, de subjetividad, de relación entre cuerpo, espectadores, territorio y memoria. Su insistencia en lo micro político, en la filosofía del teatro, en la expectativa del espectador, en la territorialidad y en una política cultural alternativa, lo posicionan como uno de los pensadores contemporáneos esenciales para quienes quieren pensar el teatro iberoamericano en clave de transformación social, es decir, desde la Política y lo Político.

Los ejemplos recientes –escuelas de espectadores, seminarios internacionales, reescrituras teatrales, críticas del neoliberalismo cultural– muestran que su propuesta no es puramente teórica, no lo ha sido porque tiene resonancia práctica. Su permanente insistencia en la filosofía del teatro y las epistemologías propias independientes de marcos europeos, la “invención” de lo espectateatrar -el espectador no solo ve sino que participa en la construcción de sentido-, transforma la expectación poniéndola en movimiento rizomático, situándola como disciplina de estudio.

Dubatti entiende el teatro más allá de un espectáculo: un acontecimiento, una experiencia viviente, corporizada, política, situada y territorial, no en el sentido de espacio delimitado en una sala sino en lo múltiple rizomático. El espectador no es receptor pasivo sino coproductor de sentido. Asimismo, lo teatral no se circunscribe estrictamente a la sala de teatro, sino que puede darse en múltiples espacios, gestos, circuitos, modelos de gestión que conectan con lo local, lo comunitario, lo social. Esta idea tiene implicaciones políticas profundas: el teatro se vuelve una matriz de sociabilidad, de ciudadanía, de interlocución pública.

Una de las prácticas más visibles de Dubatti es la Escuela de Espectadores en Buenos Aires (fundada 2001), que ha sido replicada en otros países. En varios festivales Dubatti ha ofrecido seminarios sobre la percepción y autopercepción del espectador y con una mirada comparada y sus provocaciones teórico-prácticas impactan las formas en que se produce teatro, se promueve la asistencia, se piensa el público.

Dubatti propone que la reflexión sobre teatro incluya una dimensión filosófica: Una que interroga lo ontológico, lo estético, lo epistemológico del hacer teatral. En este marco, se habla de “pensamiento teatral explícito” vs. sentido implícito, de producción de pensamiento mediante el arte, de investigación-creación, de razón pragmática, de cartografías teatrales.

Uno de los aportes más conocidos de Dubatti es redefinir lo político no como exclusivamente lo institucional o partidista, sino como una categoría semántica que atraviesa todas las dimensiones del teatro: textual, extratextual, experiencial, del espectador, de la gestión, de la circulación. Según esta idea, i.- lo político está presente incluso si no declara explícitamente la intención política; ii.- lo político puede emerger desde la forma, la atmósfera, la puesta en escena, la metáfora, los silencios; iii.- hay una distinción entre macropolítica (las grandes instancias del poder, la institucionalidad, la política pública, las estructuras visibles) y micropolítica (las relaciones de subjetividad, corporeidad, espectador, lo cotidiano).

Bienvenido Jorge Adrián Dubatti Director del 7mo Congreso Iberoamericano de teatro. Gracias por la expectación. Tanto que decir, que ya dirá el teatro como siempre ha dicho.

*MSc Estudios Políticos.