Textos

6 de septiembre de 2024

Vanas ilusiones y duras realidades

Germán Sarasty Moncada*

¿Con cuántas mentiras no se han construido realidades? y ¿Cuántas realidades no se han convertido en mentiras? Es algo sobre lo que nos quiere hacer reflexionar el grupo Actores en escena, con su obra Tienda de mentiras. En ella juegan papel preponderante la realidad y la ficción, la niñez y la senectud, lo utópico y lo viable, lo que parece ser y lo que es, etc. todos unos equívocos que se resuelven con un poco de condescendencia y poca prevención.

En una escenografía que sirve para montar una tienda ya sea de golosinas, o de libros, ahora lo es de ilusiones, las estanterías están con una o dos revistas, el mostrador listo para ser provisto de dulces de toda clase, pero quien atiende está solo, tratando de dar cacería al ratoncillo, que ha ido domesticando; ha osado arañarle a Pamela su pequeña mata que ha soportado sequias y asedios, pero con su dedicación ha salido avante.

Añora mejores tiempos en que eran los pájaros en los arboles, con su trinar y los gallos con sus quiquiriquíes en los patios, quienes anunciaban el amanecer, hoy todo es muy lúgubre y peor será cuando tumben su casa para aprovechar el amplio lote y hacer un alto edificio inhumano, no quiere esperar ese momento, prefiere morir antes, mientras sueña ir en barco mar adentro en busca del país de los sueños. Su mujer lo desconcentra, al llegar con el primer café mañanero, que rehúsa por capricho, pues como ella le dice, es lo que más le gusta para empezar el día.

Lo tilda de viejo caprichoso, cuando él con insistencia lo rechaza, diciéndole, me guastaba. Ella le dice que por estar pendiente de la tienducha, no sabe ni lo que quiere. Para mas ofensa le dice que ha envejecido y que si se descuida terminará en un asilo, él le responde que a ella también la tirarán a un basurero. El temor al abandono y a la soledad.

De nuevo a solas, aparece una niña con su muñeca Sandra a comprar en la tienda. Terminan jugando a surtirla con diferentes golosinas y colmar las estanterías de los libros que antes las habitaron. Encuentran afinidades como que ella debe jugar con su muñeca y él con sus recuerdos, que ambos tienen amigos de diferentes tamaños. Con esa espontaneidad de la niña, recobra el niño que tiene adentro y termina jugando a las muñecas con ella. Instantes de felicidad y de temor que Augusta lo encuentre divirtiéndose de esa inocente manera. La niña sale a hacer una vuelta para conseguir el nuevo surtido con que proveerán la tienda, le deja a cargo a su muñeca y por supuesto es cogido jugando con ella. Su mujer sale atónita a buscar a su hijo Guillermito, un cuarentón quien se encargará de internarlo.

Al quedarse de nuevo solo, siente que le está dando un infarto, no quiere morirse aun, angustiado llama a su esposa, su único deseo es morir en sus brazos. Se desvanece y al rato ella lo encuentra tirado en el suelo, trata de reanimarlo y no lo logra, angustiada le dice que no puede hacerle esto, no puede abandonarla. Le suplica y le dice que ella jamás lo dejará llevar a un asilo, que lo necesita aun para pelear y estar con él hasta el final. Asombrosamente se reanima y ella cree que todo fue para burlarse de ella y lo amenaza, ahora sí que alguien te lleve a un asilo. Él afirma, ¿entonces me querías muerto?.

A raíz del ínsuceso sus reflexiones apuntan al arrepentimiento de no haber jugado más con su hijo cuando era un niño y el pesar de que su hijo no hubiera hablado mas con él, aunque él nunca habló con el suyo. Tantas palabras que se quisieron decir y jamás se dijeron, tantas promesas fallidas y cuántos anhelos frustrados, un balance tardío.

Cuando reaparece la niña cargada de dulces y detalles para surtir la tienda, organizan una fiesta para Pamela y la acompañan con una cajita musical que trajo, así juegan a la tienda. La niña dice hemos jugado muy rico, esto parece el cielo. Pero él tiene otros planes, pues presiente que su hora ha llegado. Arma con ella un barco para hacerse a la mar en busca del anhelado país de los sueños, ella lo despide en el puerto, leva su ancla, se interna en el mar y en las tinieblas. Ha saludado de frente a la muerte como era su deseo.

*Profesional en Filosofía y Letras. Universidad de Caldas.

Whatsapp Button
Boletería